La pandemia dispara la aparición de fabricantes españoles de mascarillas

Por: ALERTA

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La irrupción de la pandemia propició en España un rápido nacimiento y crecimiento de empresas dedicadas a la producción de productos de protección sanitaria e, incluso, casi una quincena de ellas, que llegaron a facturar más de 60 millones de euros en 2020, han decidido asociarse para defender sus intereses.

Así, en poco más de un año España ha pasado de tener una escasa capacidad de producción de mascarillas y verse obligada a importar para atender a duras penas la demanda disparada por la irrupción de la pandemia, a contar ahora con una Asociación Española de Fabricantes de Mascarillas, Batas y EPI (OESP), con Francisco Sánchez como presidente.

Sus catorce asociados tienen una capacidad de fabricación de 135 millones de mascarillas al mes, pero si se tiene en cuenta a las más de 60 empresas españolas que existen actualmente, Sánchez calcula que esta cifra puede ascender hasta 300 millones, según ha detallado en una entrevista con Efe.

OESP aspira a integrar a todos los fabricantes españoles de mascarillas, aunque Sánchez asegura que los más importantes ya están presentes y cree que incluso hay demasiada competencia y que para algunas de esas empresas va a ser difícil sobrevivir, especialmente a medida que se vaya reduciendo la obligatoriedad de usarlas.

De hecho, Sánchez, que también preside PI Medical, una de las empresas asociadas, asegura que no conoce ningún caso de una compañía que haya obtenido beneficios durante este año con la venta de mascarillas, ya que la gran mayoría provienen de otros sectores y han tenido que adaptarse a la fabricación de material sanitario para sobrevivir.

En cualquier caso, asegura que entre sus asociados prima la visión a largo plazo del negocio, ya que para empezar a fabricar material sanitario han tenido que llevar a cabo importantes inversiones en maquinaria, instalaciones, técnicos, formación y empleo.

AUTOSUFICIENCIA Y PROTECCIÓN DEL SECTOR

Desde la asociación, que se creó con el objetivo de preservar el tejido empresarial surgido tras el estallido de la pandemia, aseguran que su principal preocupación sigue siendo la competencia, que no tiene el mismo grado de control y no cumple con todos los requisitos exigidos a los fabricantes españoles.

“Nos gustaría que el grado de control fuese el mismo”, dice Sánchez, que señala a los países del sudeste asiático como los principales exportadores de productos, que, en ocasiones, no cumplen con todos los estándares de seguridad europeos y españoles.

Todos los fabricantes españoles están sometidos a las reglas de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que sigue las indicaciones de su homóloga europea, pero que ya ha habido casos de productos que se han retirado porque contaban con un certificado falso o no protegían correctamente.

Por ello, reclama la necesidad de proteger el sector para conseguir la autosuficiencia a nivel europeo y estar preparados en caso de que se produzca otra crisis sanitaria como la del coronavirus.

Al respecto, Sánchez celebra la postura de la Unión Europea, que está apostando por reforzar el sector industrial y lograr que Europa sea autosuficiente en la fabricación de más de 130 productos sanitarios cuando se produzca otra crisis similar.

“El futuro no estará tan mal si se nos empieza a considerar como un sector necesario y estratégico”, explica Sánchez, que se pregunta cuál ha sido el coste en vidas de no haber tenido un sector preparado cuando estalló la pandemia y pide una visión a medio y largo plazo como europeos y como país.

En cuanto al precio de las mascarillas españolas, algo mayor que las exportadas de Asia por las diferentes legislaciones y controles que tienen que cumplir, Sánchez cree que sigue siendo “asequible” y además otorga una mayor seguridad al ciudadano.

LA DEMANDA CAERÁ EN LOS PRÓXIMOS MESES

A futuro, desde la asociación ven inevitable que la demanda se resienta por el proceso de vacunación, pero aseguran que cada empresa está trabajando en su propia estrategia para adaptarse a la situación.

Sin embargo, Sánchez cree que la pandemia ha sido un proceso de aprendizaje y que mucha gente se seguirá sintiendo más segura llevando mascarilla en determinados lugares como los hospitales: “Se ha normalizado el uso de la mascarilla”, afirma.

Aunque la demanda se resienta, Sánchez cree que el empleo no tiene por qué verse afectado -los catorce fabricantes de la asociación dan actualmente empleo directo a 550 personas-, ya que las empresas seguirán diversificando su oferta y creando empleo. 


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